Kosovo,esa nueva base militar EEUU

Las imágenes de celebraciones en la mayoría de las calles kosovares contrastan con las protestas en la vecina Serbia. Lo que para unos ha sido motivo de esperanza y alegría, en otros desata rechazos y temores. Sin olvidar las miradas y maniobras que desde los actores exteriores se han mantenido sobre ese rincón de los Balcanes.

La declaración de independencia kosovar tiene unas claves muy importantes que en cierta medida rompen con los parámetros que hasta la fecha se habían empleado a la hora del ejercicio del derecho de autodeterminación por pueblos y naciones sin Estado. Es curioso que buena parte de las teorías que a partir de los años ‘90 vienen defendiendo el “fin del Estado-nación”, además de ser defendidas por aquellos que ya poseen esa formulación política, han fracasado. Hoy en día el panorama internacional está dominado por los Estadosnación, de ahí que cualquier pueblo o nación que aspire a tener reconocimiento en la esfera internacional necesite convertirse en un nuevo Estado.

Frente a quienes señalan la inviabilidad de realidades pequeñas como Kosova, otros analistas señalan que las naciones pequeñas o medianas pueden afrontar mucho mejor el proceso globalizador. Mientras que algunos señalan a la actitud interesada de Estados Unidos y sus aliados europeos como argumento para rechazar la iniciativa kosovar, otros, aun reconociendo las sombras y errores que se han sucedido, ven en esta nueva situación un primer paso hacia el pleno reconocimiento de una independencia sin tutelajes, donde la población kosovar será la que disponga de su futuro, y esa tarea le corresponde al pueblo kosovar y sobre todo a las fuerzas progresistas que conviven en su seno.

La independencia de Kosova no es del todo perfecta, sobre todo por ese tutelaje, sin embargo ha demostrado que en el siglo XXI las fronteras de los actuales Estados-nación no son inamovibles, y que se debe poder ejercer el derecho de autodeterminación en situaciones que superan las normativas hasta ahora impuestas por la llamada comunidad internacional. Así, hace algún tiempo que se ha venido presentando la posibilidad de ejercer ese derecho por parte de un pueblo cuando “hayan fracasado todos los métodos pacíficos de resolución, y cuando el grupo que demanda ejercer ese derecho constituya una mayoría irrefutable”.

Doble rasero
Los argumentos históricos, políticos y legales, junto a determinados hechos, hacen viable la independencia kosovar. El doble rasero que maquiavélicamente utilizan algunos actores de la comunidad internacional también es aplicable en cierta medida a aquellos que, probablemente atados a su visión eurocéntrica del mundo, han pasado por alto otros procesos que han podido acontecer en el mundo y ante los que callan por ignorancia o desconocimiento. Los acuerdos en el sur de Sudán o en Bouganville son claros ejemplos, como en su día lo fue Timor Lorosae.

Las sombras y los temores de que esta declaración abra una especie de caja de Pandora han puesto nerviosos a algunos Estados, que dicen que ninguna realidad es comparable, cuando en realidad en política todo es comparable aunque las realidades, y esas sí, sean diferentes. Si el mito serbio sobre el aspecto cuasi sagrado de Kosova para la formulación de la propia Serbia es aireado con frecuencia, otros apuntan al temor a una “Gran Albania” (olvidando los intentos, y estos sí que muy recientes, de la Gran Serbia), pasando por alto que esa posibilidad es rechazada por la mayoría de albaneses, y por una gran parte de analistas conocedores de la situación, que presentan la realidad social albanesa dividida en clanes y familias, fragmentada e incapaz de establecer una autoridad central. La lucha por la independencia kosovar y por el reconocimiento de sus derechos tiene cientos de años y el paso dado ahora es la materialización, imperfecta de momento, de sus demandas. Todavía tiene que hacer frente a muchos retos para poder solventar las dudas y obstáculos que tiene ese camino, deberá profundizar la democracia, respetar los derechos de las minorías e impulsar el desarrollo económico, ahora que puede hacerse con el control de los recursos naturales. Y finalmente, deberá iniciar el camino para romper a su debido tiempo, esperemos que más pronto que tarde, con el tutelaje impuesto por los actores extranjeros.