CONGRESO vs NERVIOS

He pasado la cincuentena y en el mundo de la política soy un auténtico neófito, pues nunca pertenecí a partido alguno y jamás voté a ninguno de ellos, pués en un ejercicio de responsabilidad, preferí no dar mi confianza a quien no la poseia.
En cambio durante varios lustros fuí dirigente sindical y mi posición política fué por sistema de oposición permanente del gobierno tubiere el color que tubiere, pués siempre éstos cortaban las aspiraciones de mis representados. El ámbito en que desarrollaba mi actividad era en corporaciones locales dentro de la función pública, y créanme si les digo que negocié con muchísimos alcaldes ubicados dentro de todos los colores conocidos y que a la hora de negociar desaparecian los colores y aparecian las personas. La transmutación era terrorífica.
En estos momentos ya no represento a ningún sindicato, lo cual me da la liberdad interior de buscar opciones políticas. Desanimado con el panorama político existente, me resistí a creer que no existia ninguna opción válida y descubrí UPyD, para que negarlo, quedé hipnotizado por su ideología, hasta tal punto que pareciera que pasara de los cincuenta años a los quince, un resorte me expulsó del asiento y acto seguido me afilié.
El funcionamiento interno de un sindicato democrático no difiere demasiado al de un partido político. He vivido bastantes congresos y siempre se precipitan la suficiente cantidad de estúpidos para crear cierto grado de caos y nerviosismo.
Bajo mi dilatada experiencia en estas lides, recomiendo el más alto grado de serenidad y sensatez, y que seguramente surgirán grupos que muy legítimamente
solicitarán cuota de poder, y deberán ser escuchados. Pero en verdad opino que las personas que han creado este partido son decididamente valientes y creativas y si nos han conducido hasta aquí, yo personalmente no me cansaré de agradecerles la oportunidad de crear un proyecto en el cual puedo creer.