Ideosos, por Manuel Hernández

Hace unos días escuché por primera vez la expresión, al parecer típica de la huerta murciana, “tonto ideoso”. En el sentido en que se usa en habla popular murciana, un tonto ideoso es un tonto con mala(s) idea(s). El ideoso en general es malpensado, envidiosillo y rencoroso. El tonto ideoso es pues, a diferencia del tontorrón inofensivo, un personaje particularmente poco recomendable. La verdad es que no sé cómo he podido vivir hasta ahora sin ese concepto tan inspirado. De hecho, no se me ocurre una expresión más exacta para describir ciertos comportamientos. Juzguen Ustedes.

El sábado 20 de febrero, los afiliados de UPyD de la Región de Murcia estaban convocados a las urnas para elegir el Consejo Territorial que dirigirá el partido en la Región durante los próximos cuatro años. La participación fue del 55% y la candidatura ganadora, encabezada por Rafael Sánchez Díaz, obtuvo el 57 votos (el 70%), frente a los 22 (el 27%) de la candidatura rival. Hubo además 3 votos en blanco (el 4%). Los afiliados votaron en dos sedes electorales, una en Cartagena y otra en Murcia, ésta en la sede del partido, en la calle Platería. Hasta aquí lo normal.

Lo que no resultó tan normal fue el hecho de que las personas que acudieron a ejercer su derecho al voto tuvieran que rodear, para entrar en la sede a un grupo de afiliados o ex-afiliados que, en plena jornada electoral, sujetaban una pancarta en la que se leía ”UPyD es un FRAUDE”. Durante el pasado Congreso nacional de UPyD, su portavoz, Rosa Díez, comparó, en una intervención a puerta cerrada, no en un acto público, algunas de las tácticas empleadas por algunos autodenominados críticos con las que emplea habitualmente Batasuna. Los autonombrados paladines de la democracia pusieron el grito en el cielo ante semejante comparación. Pues bien, yo hasta ahora sólo conocía un grupo que se manifestara a las puertas de los colegios electorales durante las votaciones y ese grupo era Batasuna. Ahora conozco dos: Batasuna y cierto grupúsculo de autodenominados “críticos”. Como tantas veces sucede, quien más lecciones imparte sobre la democracia es quien más las necesita.

Quiero desde aquí dar las gracias a todos los afiliados que acudieron a votar. Primero, por su participación. Y, segundo, por el civismo que demostraron al hacer caso omiso de esta provocación, que no fracasó en su intento de empañar la jornada electoral. Quiero también dar la enhorabuena a las personas que han sido elegidas para el nuevo Consejo Territorial. Gracias a su trabajo, UPyD seguirá siendo UPyD en la Región de Murcia. Son personas que han demostrado ya sobradamente su competencia y su dedicación, siempre con lealtad a las ideas del partido y respetando sus normas. Y han demostrado algo más: su inteligencia y su sentido de la responsabilidad. Porque hacen falta ambas cosas para evitar caer en las provocaciones de que han sido objeto: expresiones despectivas (a menudo machistas u homófobas), insinuaciones maliciosas, falsedades, calumnias e, incluso, chantajes o actitudes intimidatorias. O para no tirar la toalla ante campañas de acoso y derribo como las que algunas de ellas han padecido.

Pero el tiempo ha puesto a cada uno en su sitio. Es sintomático que el candidato perdedor en ningún momento haya manifestado públicamente su desacuerdo con una conducta tan poco democrática y tan poco respetuosa como la descrita, desperdiciando con ello una gran oportunidad para ganarse el respeto político de quienes no le han votado, o de no perder el de algunos de los que sí lo han hecho. Pero es que, en el fondo, el debate no era entre personas con distintas opiniones sobre la política que debe hacer UPyD en la Región y la mejor manera de hacerla. La división fundamental es la que separa a los que están orgullosos de pertenecer a UPyD y los que consideran que es “un fraude”. Que a algunos de los primeros les haga ilusión dirigir este partido es lo lógico. Que algunos de los que se dedican a pregonar a quien quiera escucharlos que UPyD es “un fraude” sin remedio posible se negaran a abandonar los cargos que ocupaban en él o que aspiraran a ocuparlos es más extraño. Por supuesto que se me ocurren varias razones posibles para que alguien quiera dirigir una organización que se denuncia como fraudulenta. Eso sí buena. Pero ya lo dice el refrán: el tonto no descansa. Y añado yo: y el tonto ideoso todavía menos.

Iracundo escribió:Menudos malnacidos los de la pancarta. Y para cuatro gatos que somos...¿por qué tenemos que aguantar la permanente amenaza de unos pocos frikis? ¿Por qué el que se haga campaña electoral en tal o cual sitio dependía hasta hace poco, o depende, de esos frikis? Hay que terminar con eso.

De_Cadi escribió:qué pretendía este hombre entonces en caso de ganar si no creía en UPyD??