La crisis NO es global
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La crisis NO es global
O por lo menos, en el resto del mundo no están tan mal como nosotros. Me he encontrado con esta imagen en un grupo de Facebook, y me ha impactado. Doblamos en tasa de paro a todos los países europeos, y aquí estamos tan tranquilos... La tasa de paro va a seguir subiendo, ¿y que es lo que va a pasar en España? Nada.
Sluzew- Cantidad de envíos : 192
Fecha de inscripción : 04/01/2009
Re: La crisis NO es global
claro que la crisis es global, lo que pasa que en cada país dependiendo se sus especificidades tiene unas u otras consecuencias. En España precisamente se dice que nos va a costar más volver a tener tasas de crecimiento fuertes que en otros países porque nuestra tasa de paro es muy superior a la de la mayoría. Por eso es tan necesario la reforma del mercado laboral en España, porque tenemos un paro estructural elevadísimo, y además muy dependiente del cíclo económico, ya que al ser de baja cualificación, en tiempos de crisis, se dispara a las nubes. Si coges otros indicadores, verás que spain isn´t so different, pero en este, claro que sí.
Re: La crisis NO es global
vida&artes LA SOSTENIBILIDAD DEL ESTADO DE BIENESTAR 2 LA ADMINISTRACIÓN
Las autonomías necesitan corsé
La descentralización es locomotora del Estado de bienestar, pero los solapamientos y algunas decisiones cuestionan su eficiencia - La merma de ingresos públicos tras la crisis obliga a los gobiernos regionales a priorizar
La recesión deriva en una crisis fiscal que ha llevado a España a acumular un déficit público superior al 11%. Ante la presión de los mercados y la exigencia de la UE, el Gobierno opta por minimizar estímulos a la economía, aún en recesión, y abordar ya el ajuste. Pero el recorte del déficit debe hacerse en un Estado mucho más descentralizado que dos décadas atrás: la cura de adelgazamiento se extiende a las comunidades, la administración que tiene a su cargo la educación, la sanidad y las políticas sociales
Si algo deja claro esta etapa de la crisis, amnésica con los desvaríos del sector financiero, implacable con las deudas del sector público, es que cuando la prensa económica británica, las agencias de calificación de riesgos y Bruselas se alinean, mal asunto. Y los gobiernos autonómicos españoles están, ahora, en el punto de miraTras proclamar, hace año y medio, que "la fiesta de la economía española se acabó", el semanario The Economist destacó que la descentralización "había ido demasiado lejos". "¿Cuánto es suficiente?", inquirió sobre la cesión de competencias. Desde entonces, la marea no deja de crecer. Las agencias de rating lanzaron el pasado verano un aviso general, que luego tornó en un goteo de revisiones a la baja de la calificación de la deuda de las auotonomías, cada vez más cara de colocar en los mercados. Y hace una semanas, la Comisión Europea, además de reprochar al Gobierno su optimismo en las previsiones, enfatizó que el plan de ajuste presupuestario tenía una gotera: el ahorro (10.000 millones) que se asignaba a comunidades y ayuntamientos. Simplemente, Bruselas no se lo cree.
El debate sobre la necesidad y la solvencia del gasto público en educación, salud o políticas sociales viene de lejos. Pero, en España, la crisis que parieron los mercados financieros lo ha acelerado. Porque aquí, en buena parte, Estado del bienestar es Estado de las autonomías. Y las dudas sobre si las comunidades serán capaces de contener el déficit y la deuda pública -en 2009 creció un 25%, hasta los 86.280 millones-, tienen un reflejo inmediato en la incertidumbre sobre las políticas de bienestar.
"En años anteriores, con el ciclo expansivo, la recaudación fiscal iba muy bien y permitía encajar en el presupuesto todo tipo de gastos, los que tienen que ver con el Estado de bienestar y los que no. Eso se acabó", comenta Santiago Lago, experto en financiación autonómica de la Universidad de Vigo.
"La Administración autonómica ha sido esencial en el desarrollo y expansión de servicios sociales", sostiene Luis Moreno, investigador del Instituto de Políticas y Bienes Públicos en el CSIC. "La legitimidad de los niveles locales y autonómicos depende en buena medida de la calidad de esos servicios", acota. Es una aseveración que comparten los expertos consultados para este artículo, que otorgan a las comunidades autónomas el papel de locomotoras del Estado del bienestar. Pero la rapidez del proceso de descentralización en las últimas dos décadas ha dejado muchas veces la eficacia y la lógica económica en la cuneta, ya sea por acción directa de los gobiernos autonómicos o por el peso de sus reivindicaciones en la agenda política.
El anecdotario de los monstruos de la descentralización da para mucho, como podría atestiguar el ex ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo, que se vio obligado a dimitir, no por compartir una cacería en Jaén con el juez Baltasar Garzón, sino porque su licencia sólo era válida para Castilla-La Mancha.
Pero el problema pasa de lo personal a lo colectivo cuando, con el paro al galope, la creación de 16 servicios públicos de empleo (el País Vasco aún no recibió la transferencia), obstaculiza la difusión de ofertas de trabajo, queja reiterada de los sindicatos. O, como ocurrió hace mes y medio, cuando las diferencias de apreciación entre los servicios meteorológicos catalán y estatal ralentizaron la respuesta de las autoridades ante la nevada que cortó la luz durante días en Cataluña.
El empuje de la descentralización ha guiado el intenso despliegue de inversión pública en las últimas dos décadas, pero la crisis hace preguntas incómodas sobre su rentabilidad económica y social: ¿son necesarias 50 universidades públicas? Francia y Alemania tienen un número similar pero con bastante más población. ¿Son necesarios 48 aeropuertos? En algunos, el tráfico de pasajeros es ínfimo.
Para dar razones a la época de ajuste que se viene encima, el ministro de Fomento, José Blanco, advirtió en una entrevista con este periódico: "No es posible que el AVE y las autovías lleguen a la puerta de cada casa". Pero ese reclamo ha sido argumento estelar en toda elección municipal o autonómica que se precie. Y si se acerca la lupa a algunas decisiones autonómicas, hacen daño a la vista: la proliferación de canales de televisión se lleva más de 1.000 millones de euros al año en subvenciones. La creación de organismos públicos de todo tipo y de altos cargos se ha disparado. Como lo ha hecho la apertura de oficinas comerciales, turísticas o de representación institucional en el exterior.
"Lo que hay que cuestionar no es el modelo autonómico, sino si es útil para el ciudadano. Y la respuesta es que, tal y como se ha desarrollado, no es eficiente, es excesivamente caro", señala Rosa Díez, portavoz de UPyD, formación política al alza según todas las encuestas, que ha hecho de esta cuestión santo y seña. Díez reivindica que el Gobierno central recupere competencias en educación y sanidad. Y que ejerza el control sobre la gestión de los gobiernos autonómicos. "Con la descentralización hemos crecido y nos hemos hecho más fuertes, y con ella, no sin ella, saldremos de la crisis", proclamó hace pocos días el presidente de la Generalitat catalana, José Montilla (PSC). Y no dejó pasar la ocasión para cargar contra "la nueva fiebre recentralizadora".
Tiempo muerto en la refriega política. Balón a los expertos: "Nos miramos demasiado el ombligo, la descentralización es un proceso mundial", templa Andrés Rodríguez-Pose, catedrático de Geografía en la London School of Economics (LSE). Su argumento está fundado en un reciente trabajo sobre 21 países avanzados, en el que ha testado como influye la descentralización en el crecimiento económico y la desigualdad.
Rodríguez-Pose matiza que, aunque la descentralización surgió para "preservar una identidad cultural o étnica", en los últimos años se justifica por sus "posibles ventajas económicas". Una teoría ante la que el catedrático de la LSE llama a ser "muy cuidadoso". De hecho, de sus datos se colige que, en los países avanzados, una descentralización intensa "puede llegar a limitar el crecimiento". Rodríguez-Pose describe los síntomas: la competencia entre territorios, que debería facilitar la difusión de las mejores prácticas administrativas, deriva en una "estrategia del desperdicio" por solapamiento del gasto público. Las nuevas élites políticas, que en las primeras etapas promueven programas dinámicos y pegados al terreno, tienden a convertirse en "élites de bloqueo". Y se priorizan demasiadas actividades "de escaso rendimiento económico" por su mayor visibilidad.
"Los resultados sobre el crecimiento en España son menos negativos que en otros países, aunque en los últimos años han empeorado", aclara Rodríguez-Pose. Y eso que aquí la descentralización ha sido muy intensa: en poco más de dos décadas, comunidades y entidades locales han asumido más del 50% del gasto público. De hecho, los gobiernos autonómicos españoles manejan, proporcionalmente, más dinero que los länder alemanes, la referencia de la Europa federal.
En el debate público, la desigualdad suele ser la piedra de toque recurrente cuando se habla de comunidades autónomas. Pero aquí los datos que manejan los expertos dicen otra cosa. "Si en los estudios incluímos servicios descentralizados como la sanidad y la educación, la desigualdad entre territorios se reduce", afirma Francisco Pedraja, catedrático de Economía de la Universidad de Extremadura. A una conclusión similar llega el trabajo de Rodríguez-Pose o la investigación que ha dirigido Joan Subirats, ex director del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas de la Autónoma de Barcelona.
"Hay un grado de homogeneidad en las prestaciones sociales básicas, y sólo ciertas diferencias en las prestaciones periféricas", asegura Subirats. Frente a la caracterización del modelo autonómico de café para todos y champán para las nacionalidades, el investigador de la Autónoma opta por una definición más de andar por casa: "En todo caso, café para todos y carajillo para algunos".
La investigación constata, eso sí, que el discurso de la desigualdad entre comunidades ha calado: el estudio cató la opinión ciudadana en 17 grupos de discusión (uno por comunidad) que de forma mayoritaria manifestaron su temor a que las desigualdades territoriales aumenten en un futuro próximo.
Cuando quieren comprobar la eficacia (si se logran los objetivos previstos) y la eficiencia (si se hace al menor coste posible) del gasto público en las comunidades, los expertos chocan con el muro estadístico. "No hay un adecuado sistema de información", critica Pedraja. "Es un tema esencial, no hay datos de calidad ni homologables, es imposible valorar así qué hacen los gobiernos autonómicos", abunda Subirats.
Los monstruos estadísticos de la descentralización quedan muy feos. Para conocer la muy dispar ejecución de la ley de Dependencia hay que confiar en los datos que arranca de la Administración la asociación estatal de gerentes de servicios sociales. Cuando evalúa a las sociedades públicas autónomicas, el Tribunal de Cuentas bucea en datos con más de un lustro de antigüedad. Y para conocer el reparto definitivo del nuevo sistema de financiación autonómica habrá que esperar aún ¡dos años!. El Gobierno central ni tan siquiera hizo público la distribución de los 11.000 millones adicionales que inyectó al sistema autonómico.
Algunas cifras sí valen, al menos, para comprobar que los gobiernos autónomos han ampliado su perímetro más allá de lo que la transferencia de competencias haría pensar. Según los datos recopilados por Miguel González, catedrático de Economía de la Universidad de Granada, la Administración central se ha dejado en la última década más de 300.000 puestos de trabajo, mientras que el personal al servicio de las comunidades ha engordado en más de 600.000 plazas (a los que habría que sumar casi 200.000 más en las corporaciones locales).
"Las competencias asumidas por las comunidades, como la sanidad y la educación, intensivas en personal, el crecimiento demográfico y la etapa expansiva han animado este proceso, pero ahora tendrán que discriminar qué áreas son prioritarias", señala el catedrático de la Universidad de Granada. Santiago Lago añade otro factor que ayuda a entender la expansión del gasto autonómico: "Hasta ahora, lo que las comunidades no conseguían con la financiación autonómica, lo lograban con la presión política", recalca el profesor de la Universidad de Vigo, "como ocurrió con la sanidad, y como sigue ocurriendo con los convenios de inversión o los contratos programa".
La presión de los mercados y de Bruselas obliga a rebajar ya el déficit, que en el Gobierno central llega al 9,5% del PIB y en las comunidades apenas al 2%. Pese a las diferencias, los mercados y Bruselas tienen más dudas sobre si los gobiernos autonómicos podrán cumplir con su parte. No es sólo que en el saldo negativo del Ejecutivo central pesen las prestaciones por desempleo, que deberían aligerarse cuando la economía se recupere. Influye también que el Gobierno central está acostumbrado a apretarse el cinturón y que las comunidades llevan años sumando agujeros al suyo. O que la Administración central tiene más opciones para subir impuestos -y lo hace, como ha anunciado con el IVA-. Y que las comunidades han usado casi siempre el margen que les da el sistema -ampliado en el nuevo modelo- para bajarlos.
"No está nada claro que no se vuelva a abrir la espita de la deuda pública autonómica, como en los noventa", añade Lago, que aboga porque el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) haga cumplir "máximos rígidos" en déficit y deuda pública. Una demanda que parece muy alejada de la realidad. El CPFF pactó en otoño que las comunidades debían atenerse a un déficit del 2,5% del PIB en los presupuestos de 2010 y cuando se aprobaron las cuentas, tres meses después, ya había cinco comunidades que habían presupuestado un déficit mayor.
"La consolidación fiscal se hace mucho más difícil en un Estado donde la Administración central sólo gestiona el 20% del gasto y las comunidades el 36%, y cuando se ha descuidado el principio de coordinación", lamenta Pedraja. "Hay que transformar actitudes egoístas propias de las fases iniciales de la descentralización en una constante voluntad de entendimiento", receta.
Con otra palabras, el presidente de la Generalitat catalana coincidió en el diagnóstico: "Hay que arrimar el hombro, compartir ideas, hacer acuerdos". Con la crisis, algo se mueve: el mes pasado, las comunidades pactaron crear una mesa de contratación para abaratar las compras del sector sanitario. Sanidad también ha iniciado la integración de los 17 sistemas informáticos de salud. Trabajo acaba de poner en marcha un nuevo portal en Internet para facilitar el intecambio de ofertas de empleo. Economía y las comunidades discutirán el próximo miércoles como reducir el gasto. Y, desde enero, la misma licencia vale para cazar en seis comunidades.
Las autonomías necesitan corsé
La descentralización es locomotora del Estado de bienestar, pero los solapamientos y algunas decisiones cuestionan su eficiencia - La merma de ingresos públicos tras la crisis obliga a los gobiernos regionales a priorizar
La recesión deriva en una crisis fiscal que ha llevado a España a acumular un déficit público superior al 11%. Ante la presión de los mercados y la exigencia de la UE, el Gobierno opta por minimizar estímulos a la economía, aún en recesión, y abordar ya el ajuste. Pero el recorte del déficit debe hacerse en un Estado mucho más descentralizado que dos décadas atrás: la cura de adelgazamiento se extiende a las comunidades, la administración que tiene a su cargo la educación, la sanidad y las políticas sociales
Si algo deja claro esta etapa de la crisis, amnésica con los desvaríos del sector financiero, implacable con las deudas del sector público, es que cuando la prensa económica británica, las agencias de calificación de riesgos y Bruselas se alinean, mal asunto. Y los gobiernos autonómicos españoles están, ahora, en el punto de miraTras proclamar, hace año y medio, que "la fiesta de la economía española se acabó", el semanario The Economist destacó que la descentralización "había ido demasiado lejos". "¿Cuánto es suficiente?", inquirió sobre la cesión de competencias. Desde entonces, la marea no deja de crecer. Las agencias de rating lanzaron el pasado verano un aviso general, que luego tornó en un goteo de revisiones a la baja de la calificación de la deuda de las auotonomías, cada vez más cara de colocar en los mercados. Y hace una semanas, la Comisión Europea, además de reprochar al Gobierno su optimismo en las previsiones, enfatizó que el plan de ajuste presupuestario tenía una gotera: el ahorro (10.000 millones) que se asignaba a comunidades y ayuntamientos. Simplemente, Bruselas no se lo cree.
El debate sobre la necesidad y la solvencia del gasto público en educación, salud o políticas sociales viene de lejos. Pero, en España, la crisis que parieron los mercados financieros lo ha acelerado. Porque aquí, en buena parte, Estado del bienestar es Estado de las autonomías. Y las dudas sobre si las comunidades serán capaces de contener el déficit y la deuda pública -en 2009 creció un 25%, hasta los 86.280 millones-, tienen un reflejo inmediato en la incertidumbre sobre las políticas de bienestar.
"En años anteriores, con el ciclo expansivo, la recaudación fiscal iba muy bien y permitía encajar en el presupuesto todo tipo de gastos, los que tienen que ver con el Estado de bienestar y los que no. Eso se acabó", comenta Santiago Lago, experto en financiación autonómica de la Universidad de Vigo.
"La Administración autonómica ha sido esencial en el desarrollo y expansión de servicios sociales", sostiene Luis Moreno, investigador del Instituto de Políticas y Bienes Públicos en el CSIC. "La legitimidad de los niveles locales y autonómicos depende en buena medida de la calidad de esos servicios", acota. Es una aseveración que comparten los expertos consultados para este artículo, que otorgan a las comunidades autónomas el papel de locomotoras del Estado del bienestar. Pero la rapidez del proceso de descentralización en las últimas dos décadas ha dejado muchas veces la eficacia y la lógica económica en la cuneta, ya sea por acción directa de los gobiernos autonómicos o por el peso de sus reivindicaciones en la agenda política.
El anecdotario de los monstruos de la descentralización da para mucho, como podría atestiguar el ex ministro de Justicia Mariano Fernández Bermejo, que se vio obligado a dimitir, no por compartir una cacería en Jaén con el juez Baltasar Garzón, sino porque su licencia sólo era válida para Castilla-La Mancha.
Pero el problema pasa de lo personal a lo colectivo cuando, con el paro al galope, la creación de 16 servicios públicos de empleo (el País Vasco aún no recibió la transferencia), obstaculiza la difusión de ofertas de trabajo, queja reiterada de los sindicatos. O, como ocurrió hace mes y medio, cuando las diferencias de apreciación entre los servicios meteorológicos catalán y estatal ralentizaron la respuesta de las autoridades ante la nevada que cortó la luz durante días en Cataluña.
El empuje de la descentralización ha guiado el intenso despliegue de inversión pública en las últimas dos décadas, pero la crisis hace preguntas incómodas sobre su rentabilidad económica y social: ¿son necesarias 50 universidades públicas? Francia y Alemania tienen un número similar pero con bastante más población. ¿Son necesarios 48 aeropuertos? En algunos, el tráfico de pasajeros es ínfimo.
Para dar razones a la época de ajuste que se viene encima, el ministro de Fomento, José Blanco, advirtió en una entrevista con este periódico: "No es posible que el AVE y las autovías lleguen a la puerta de cada casa". Pero ese reclamo ha sido argumento estelar en toda elección municipal o autonómica que se precie. Y si se acerca la lupa a algunas decisiones autonómicas, hacen daño a la vista: la proliferación de canales de televisión se lleva más de 1.000 millones de euros al año en subvenciones. La creación de organismos públicos de todo tipo y de altos cargos se ha disparado. Como lo ha hecho la apertura de oficinas comerciales, turísticas o de representación institucional en el exterior.
"Lo que hay que cuestionar no es el modelo autonómico, sino si es útil para el ciudadano. Y la respuesta es que, tal y como se ha desarrollado, no es eficiente, es excesivamente caro", señala Rosa Díez, portavoz de UPyD, formación política al alza según todas las encuestas, que ha hecho de esta cuestión santo y seña. Díez reivindica que el Gobierno central recupere competencias en educación y sanidad. Y que ejerza el control sobre la gestión de los gobiernos autonómicos. "Con la descentralización hemos crecido y nos hemos hecho más fuertes, y con ella, no sin ella, saldremos de la crisis", proclamó hace pocos días el presidente de la Generalitat catalana, José Montilla (PSC). Y no dejó pasar la ocasión para cargar contra "la nueva fiebre recentralizadora".
Tiempo muerto en la refriega política. Balón a los expertos: "Nos miramos demasiado el ombligo, la descentralización es un proceso mundial", templa Andrés Rodríguez-Pose, catedrático de Geografía en la London School of Economics (LSE). Su argumento está fundado en un reciente trabajo sobre 21 países avanzados, en el que ha testado como influye la descentralización en el crecimiento económico y la desigualdad.
Rodríguez-Pose matiza que, aunque la descentralización surgió para "preservar una identidad cultural o étnica", en los últimos años se justifica por sus "posibles ventajas económicas". Una teoría ante la que el catedrático de la LSE llama a ser "muy cuidadoso". De hecho, de sus datos se colige que, en los países avanzados, una descentralización intensa "puede llegar a limitar el crecimiento". Rodríguez-Pose describe los síntomas: la competencia entre territorios, que debería facilitar la difusión de las mejores prácticas administrativas, deriva en una "estrategia del desperdicio" por solapamiento del gasto público. Las nuevas élites políticas, que en las primeras etapas promueven programas dinámicos y pegados al terreno, tienden a convertirse en "élites de bloqueo". Y se priorizan demasiadas actividades "de escaso rendimiento económico" por su mayor visibilidad.
"Los resultados sobre el crecimiento en España son menos negativos que en otros países, aunque en los últimos años han empeorado", aclara Rodríguez-Pose. Y eso que aquí la descentralización ha sido muy intensa: en poco más de dos décadas, comunidades y entidades locales han asumido más del 50% del gasto público. De hecho, los gobiernos autonómicos españoles manejan, proporcionalmente, más dinero que los länder alemanes, la referencia de la Europa federal.
En el debate público, la desigualdad suele ser la piedra de toque recurrente cuando se habla de comunidades autónomas. Pero aquí los datos que manejan los expertos dicen otra cosa. "Si en los estudios incluímos servicios descentralizados como la sanidad y la educación, la desigualdad entre territorios se reduce", afirma Francisco Pedraja, catedrático de Economía de la Universidad de Extremadura. A una conclusión similar llega el trabajo de Rodríguez-Pose o la investigación que ha dirigido Joan Subirats, ex director del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas de la Autónoma de Barcelona.
"Hay un grado de homogeneidad en las prestaciones sociales básicas, y sólo ciertas diferencias en las prestaciones periféricas", asegura Subirats. Frente a la caracterización del modelo autonómico de café para todos y champán para las nacionalidades, el investigador de la Autónoma opta por una definición más de andar por casa: "En todo caso, café para todos y carajillo para algunos".
La investigación constata, eso sí, que el discurso de la desigualdad entre comunidades ha calado: el estudio cató la opinión ciudadana en 17 grupos de discusión (uno por comunidad) que de forma mayoritaria manifestaron su temor a que las desigualdades territoriales aumenten en un futuro próximo.
Cuando quieren comprobar la eficacia (si se logran los objetivos previstos) y la eficiencia (si se hace al menor coste posible) del gasto público en las comunidades, los expertos chocan con el muro estadístico. "No hay un adecuado sistema de información", critica Pedraja. "Es un tema esencial, no hay datos de calidad ni homologables, es imposible valorar así qué hacen los gobiernos autonómicos", abunda Subirats.
Los monstruos estadísticos de la descentralización quedan muy feos. Para conocer la muy dispar ejecución de la ley de Dependencia hay que confiar en los datos que arranca de la Administración la asociación estatal de gerentes de servicios sociales. Cuando evalúa a las sociedades públicas autónomicas, el Tribunal de Cuentas bucea en datos con más de un lustro de antigüedad. Y para conocer el reparto definitivo del nuevo sistema de financiación autonómica habrá que esperar aún ¡dos años!. El Gobierno central ni tan siquiera hizo público la distribución de los 11.000 millones adicionales que inyectó al sistema autonómico.
Algunas cifras sí valen, al menos, para comprobar que los gobiernos autónomos han ampliado su perímetro más allá de lo que la transferencia de competencias haría pensar. Según los datos recopilados por Miguel González, catedrático de Economía de la Universidad de Granada, la Administración central se ha dejado en la última década más de 300.000 puestos de trabajo, mientras que el personal al servicio de las comunidades ha engordado en más de 600.000 plazas (a los que habría que sumar casi 200.000 más en las corporaciones locales).
"Las competencias asumidas por las comunidades, como la sanidad y la educación, intensivas en personal, el crecimiento demográfico y la etapa expansiva han animado este proceso, pero ahora tendrán que discriminar qué áreas son prioritarias", señala el catedrático de la Universidad de Granada. Santiago Lago añade otro factor que ayuda a entender la expansión del gasto autonómico: "Hasta ahora, lo que las comunidades no conseguían con la financiación autonómica, lo lograban con la presión política", recalca el profesor de la Universidad de Vigo, "como ocurrió con la sanidad, y como sigue ocurriendo con los convenios de inversión o los contratos programa".
La presión de los mercados y de Bruselas obliga a rebajar ya el déficit, que en el Gobierno central llega al 9,5% del PIB y en las comunidades apenas al 2%. Pese a las diferencias, los mercados y Bruselas tienen más dudas sobre si los gobiernos autonómicos podrán cumplir con su parte. No es sólo que en el saldo negativo del Ejecutivo central pesen las prestaciones por desempleo, que deberían aligerarse cuando la economía se recupere. Influye también que el Gobierno central está acostumbrado a apretarse el cinturón y que las comunidades llevan años sumando agujeros al suyo. O que la Administración central tiene más opciones para subir impuestos -y lo hace, como ha anunciado con el IVA-. Y que las comunidades han usado casi siempre el margen que les da el sistema -ampliado en el nuevo modelo- para bajarlos.
"No está nada claro que no se vuelva a abrir la espita de la deuda pública autonómica, como en los noventa", añade Lago, que aboga porque el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) haga cumplir "máximos rígidos" en déficit y deuda pública. Una demanda que parece muy alejada de la realidad. El CPFF pactó en otoño que las comunidades debían atenerse a un déficit del 2,5% del PIB en los presupuestos de 2010 y cuando se aprobaron las cuentas, tres meses después, ya había cinco comunidades que habían presupuestado un déficit mayor.
"La consolidación fiscal se hace mucho más difícil en un Estado donde la Administración central sólo gestiona el 20% del gasto y las comunidades el 36%, y cuando se ha descuidado el principio de coordinación", lamenta Pedraja. "Hay que transformar actitudes egoístas propias de las fases iniciales de la descentralización en una constante voluntad de entendimiento", receta.
Con otra palabras, el presidente de la Generalitat catalana coincidió en el diagnóstico: "Hay que arrimar el hombro, compartir ideas, hacer acuerdos". Con la crisis, algo se mueve: el mes pasado, las comunidades pactaron crear una mesa de contratación para abaratar las compras del sector sanitario. Sanidad también ha iniciado la integración de los 17 sistemas informáticos de salud. Trabajo acaba de poner en marcha un nuevo portal en Internet para facilitar el intecambio de ofertas de empleo. Economía y las comunidades discutirán el próximo miércoles como reducir el gasto. Y, desde enero, la misma licencia vale para cazar en seis comunidades.
Re: La crisis NO es global
Es evidente que la crisis es global. Lo que quería dar a entedender con el título del mensaje es que la crisis tiene diferentes intensidades y repercusiones en los paises. Ejemplo de ello son el gráfico y la noticia que tu has puesto de las autonomías. En ningún otro país de nuestro entorno tienen una tasa de paro tan alta, y en ningún otro país de nuestro entorno existe ese despilfarro en las autonomías (o lo que corresponda) Y si en cualquier otro país existiera algo tan ineficiente como las autonomías españolas, se pondrían manos a la obra para solucionarlo (el ejemplo de siempre, Alemania)
La verdad que soy bastante pesimista con el futuro de España y me parece que aquí la crisis va a durar bastantes años más, y nos va a costar mucho volver a las tasas de paro anteriores.
Por otra parte, no hay mal que por bien no venga, y es que la crisis, y el deficit del estado ha dado pie a un nuevo debate sobre el estado de las autonomías (como no, gracias a UPyD)
La verdad que soy bastante pesimista con el futuro de España y me parece que aquí la crisis va a durar bastantes años más, y nos va a costar mucho volver a las tasas de paro anteriores.
Por otra parte, no hay mal que por bien no venga, y es que la crisis, y el deficit del estado ha dado pie a un nuevo debate sobre el estado de las autonomías (como no, gracias a UPyD)
Última edición por Sluzew el Lun 19 Abr 2010, 21:40, editado 1 vez
Sluzew- Cantidad de envíos : 192
Fecha de inscripción : 04/01/2009
Re: La crisis NO es global
Por otra parte, no hay mal que por bien no venga, y es que la crisis, y el deficit del estado a dado pie a un nuevo debate sobre el estado de las autonomías (como no, gracias a UPyD)[/quote]
Y además que sí. Portada en el País. Entrevista a R10 en vídeo incluída. No salgo de mi asombro.
Y además que sí. Portada en el País. Entrevista a R10 en vídeo incluída. No salgo de mi asombro.
Huxley- Cantidad de envíos : 487
Fecha de inscripción : 08/01/2009
Re: La crisis NO es global
Siempre se ha dicho que las crisis son épocas de cambios y oportunidades. Y esta es la nuestra, Crisis política, con dos grandes partidos infames, y crisis económica de la que por desgracia, España tardará muchos años en salir.
Es el momento de hacer cambios, y quizá, la crisis nos de la opotunidad de conseguir un nuevo modelo autonómico más efectivo.
Es el momento de hacer cambios, y quizá, la crisis nos de la opotunidad de conseguir un nuevo modelo autonómico más efectivo.
Sluzew- Cantidad de envíos : 192
Fecha de inscripción : 04/01/2009
Re: La crisis NO es global
FMI recomienda subir edad de jubilación en España
El FMI asegura en su informe semestral "Perspectivas Económicas Mundiales", divulgado hoy en Washington, que países como España, Grecia, Irlanda y Portugal necesitan revertir rápidamente sus elevados déficit fiscal para calmar así las preocupaciones sobre si la deuda es sostenible.
Según las previsiones del Fondo, España tendrá un déficit por cuenta corriente del 5,3 por ciento en 2010 y del 5,1 por ciento en 2011.
Jorg Decressin, subdirector del Departamento de Análisis del FMI, aseguró hoy en rueda de prensa, durante la presentación del informe, que España afronta en la actualidad dos grandes desafíos.
Uno de ellos, explicó Decressin, consiste en lograr que la economía pase de un crecimiento impulsado fundamentalmente por la demanda doméstica y el sector inmobiliario, a otro impulsado por la demanda externa.
El segundo, según el experto, radica en "reducir de forma gradual el elevado déficit fiscal que aumentó fundamentalmente como resultado de la crisis".
Decressin insistió en que el paquete de estímulo fiscal aprobado por el Gobierno "fue el correcto" y ha contribuido sólo de forma limitada a incrementar la deuda de la economía española.
"Lo que ha contribuido principalmente es un crecimiento muy débil fruto de la crisis", explicó el economista del FMI, que prevé que la economía española se contraiga un 0,4 por ciento este año y crezca un 0,9 por ciento en 2011.
Para solucionar esa situación, España necesita, según el FMI, poner en marcha un plan fiscal a medio plazo que dé garantías a los mercados, así como impulsar medidas que impulsen el crecimiento económico.
Decressin mencionó que entre las medidas que se pueden adoptar figura el recortar gastos no productivos o "el aumentar la edad de jubilación en línea con la esperanza de vida".
El Fondo no concretó, de todos modos, cuánto tiempo sería razonable postergar la vida laboral.
El Gobierno español estudia aumentar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, una medida controvertida a la que se oponen los sindicatos. EFE
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=354914
El FMI asegura en su informe semestral "Perspectivas Económicas Mundiales", divulgado hoy en Washington, que países como España, Grecia, Irlanda y Portugal necesitan revertir rápidamente sus elevados déficit fiscal para calmar así las preocupaciones sobre si la deuda es sostenible.
Según las previsiones del Fondo, España tendrá un déficit por cuenta corriente del 5,3 por ciento en 2010 y del 5,1 por ciento en 2011.
Jorg Decressin, subdirector del Departamento de Análisis del FMI, aseguró hoy en rueda de prensa, durante la presentación del informe, que España afronta en la actualidad dos grandes desafíos.
Uno de ellos, explicó Decressin, consiste en lograr que la economía pase de un crecimiento impulsado fundamentalmente por la demanda doméstica y el sector inmobiliario, a otro impulsado por la demanda externa.
El segundo, según el experto, radica en "reducir de forma gradual el elevado déficit fiscal que aumentó fundamentalmente como resultado de la crisis".
Decressin insistió en que el paquete de estímulo fiscal aprobado por el Gobierno "fue el correcto" y ha contribuido sólo de forma limitada a incrementar la deuda de la economía española.
"Lo que ha contribuido principalmente es un crecimiento muy débil fruto de la crisis", explicó el economista del FMI, que prevé que la economía española se contraiga un 0,4 por ciento este año y crezca un 0,9 por ciento en 2011.
Para solucionar esa situación, España necesita, según el FMI, poner en marcha un plan fiscal a medio plazo que dé garantías a los mercados, así como impulsar medidas que impulsen el crecimiento económico.
Decressin mencionó que entre las medidas que se pueden adoptar figura el recortar gastos no productivos o "el aumentar la edad de jubilación en línea con la esperanza de vida".
El Fondo no concretó, de todos modos, cuánto tiempo sería razonable postergar la vida laboral.
El Gobierno español estudia aumentar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, una medida controvertida a la que se oponen los sindicatos. EFE
http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=354914
Re: La crisis NO es global
El FMI propone introducir dos impuestos sobre las entidades financieras
Washington, 21 abr (EFE).- El FMI ha propuesto introducir dos impuestos a nivel internacional sobre las entidades financieras para costear rescates en futuras crisis y desincentivar la toma de riesgos excesivos.
La propuesta está contenida en un estudio que le encargaron al Fondo Monetario Internacional (FMI) los presidentes de los países miembros del G-20 en su reunión de Pittsburgh en septiembre y que se debatirá en la reunión ministerial del Grupo que tendrá lugar el viernes en Washington.
El informe fue adelantado por la cadena BBC y ya ha recibido el apoyo de representantes europeos, mientras que Canadá se ha manifestado en contra, pues teme que las nuevas tasas debiliten a las entidades financieras
Washington, 21 abr (EFE).- El FMI ha propuesto introducir dos impuestos a nivel internacional sobre las entidades financieras para costear rescates en futuras crisis y desincentivar la toma de riesgos excesivos.
La propuesta está contenida en un estudio que le encargaron al Fondo Monetario Internacional (FMI) los presidentes de los países miembros del G-20 en su reunión de Pittsburgh en septiembre y que se debatirá en la reunión ministerial del Grupo que tendrá lugar el viernes en Washington.
El informe fue adelantado por la cadena BBC y ya ha recibido el apoyo de representantes europeos, mientras que Canadá se ha manifestado en contra, pues teme que las nuevas tasas debiliten a las entidades financieras
Re: La crisis NO es global
http://www.expansion.com/2010/04/21/economia-politica/1271883911.html
A eso me refería diciendo "la crisis no es global" España es el único país de la OCDE que va a decrecer en 2010. Ningún país está bien, pero es que nosotros estamos fatal, y en vez de hacer algo para arreglarlo, nos estamos hundiendo cada vez más en el pozo.
A eso me refería diciendo "la crisis no es global" España es el único país de la OCDE que va a decrecer en 2010. Ningún país está bien, pero es que nosotros estamos fatal, y en vez de hacer algo para arreglarlo, nos estamos hundiendo cada vez más en el pozo.
Sluzew- Cantidad de envíos : 192
Fecha de inscripción : 04/01/2009
Re: La crisis NO es global
La crisis es global, pero azota a españa más que a otras naciones, es decir, localmente la crisis se ve empeorada por nuestros "líderes".
Alejandro Villuela- Cantidad de envíos : 9850
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